Wednesday, June 23, 2004

 
Finalmente comenzamos el viaje dentro del viaje. Nos levantamos a las 6 de la maniana para ir al aeropuerto de Auckland. El vuelo de 3 horas con Quantas hacia Sydney, paso sin mucho interes. Asientos angostos y pelicula mala. La espera de 5 horas en el aeropuerto de Sydney, se mezclo entre la exasperacion de no poder salir por malditas politicas de visas, desfile por 5 maquinas de rayos X,y peleandonos con la gente por que usabamos el internet gratuito por mas tiempo que el 'moralmente' requerido.
Finalmente subimos al avion que nos llevaria a Sydney. Un terrible avionaso de British Airways con mas asientos de Bussines que de turista. Lamentablemente el suenio del vuelo sobrevendido y del 'queres ir a bussines??', sigue siendo un suenio.
Pero por suerte le toco a un australiano que media 2 metros, que estaba sentado en la fila al lado mio. Por lo que cuando lo movieron me fui a su fila de 3 asientos consecutivos solo para mi. Sumado a pantallas de television personal en cada asiento con 16 peliculas para elegir, fue quizas un vuelo para nada quejarse a pesar de estar 8 horas en vuelo. Pero lo mas interesante y emocionante fue el trayecto del avion. Que cruzo transversalmente todo Australia. Por la ventanilla, con un cielo magicamente despejado el paisaje del Outback parecia sacado de un libro de geologia.

Luego de 8 horas, dos peliculas y media, un almuerzo, cena, y merienda. Ni un minuto de ojos cerrados, llegamos a las 21.10 hora singapurence. Quizas una de la maniana hora Neocelandesa. Bajamos del avion y luego de sellar pasaportes nos dirigimos al subte, que aca no te entienden al menos que te refieras al MRT. Para eso nos subimos a un subte, que Grego no entendia por que era gratuito. El tema era que no era el subte, sino que un modernoso sistema de transporte hacia la otra terminal de aviones. De alli, bajamos a la verdadera estacion, que daba mas bien una sensacion de estar en una pelicula futurista al estilo Blade Runner, rodeado de chinos e hindues. Mientras viajabamos una voz muy hipnotica cantaba las estaciones a donde el subte se dirigia. Y entre estacion y estacion nos recordaba las prohibiciones que son comunes en la republica singapurense, tales como no comer chicle ($5000 dolares de multa, recientemente bajados a otro valor), no comer, no beber, no fumar, cada una con una terrible multa que cancelaria cualquier viaje.
Llegados a la estacion destino, sin saber a donde ir, empezamos la travesia de preguntarle a la gente donde podiamos hospedarnos. Lo particular de Singapur, un pais mixtura entre musulmanes, chinos e hindues es que el idioma oficial es ingles, pero aun asi cada cultura tiene su propia entonacion y pronunciacion lo que la convierte en un pais con 1000 pronunciaciones distintas. Salir a la calle, fue una rapida introduccion y recuerdo de lo que es este pais. Terrible humedad. Terrible. Viniendo de Nueva Zelanda, no podia estar mas feliz de haber dejado el 80% de mi mochila en un hostel de Auckland.
Finalmente a las 4 de la maniana mias, cai dormido en un hotelucho, el primero que conseguimos.

Levantados a la maniana, me tome una 'ducha'. (como se extrania NZ!). Y sali a la travesia de conseguir electronica barata. Otra de las cosas por la que tenia malos recuerdos de Singapur. Y la cosa no habia cambiado. Con gregorio nos pasamos recorriendo negocios en Sim Lim, un shopping dedicado exclusivamente a la electronica donde los precios simplemente, no estan marcados. Lo que hace una lucha total entre vendedores que saben que no van a hacer un gran dineral conmigo y yo, que quiero conseguir uan camara digital por el mismo precio de una lata de coca. Finalmente con terminar en algo lejado a lo que seria la amistad, desisti de gastar dinero en chiches.

Ya con todo planificado, dinero cambiado y demas. Maniana nos tomamos el buque para cruzar a la isla indonesa de Sumatra.

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