Thursday, August 05, 2004
Sumbawa, es totalmente distinto al paisaje que antes vi en el resto de indonesia. Colores mas claros, no tanto verde, llanura pero inmensidad. Las casas parecen de mejor calidad. Y los viajeros brillan por su ausencia. Con las chicas nos vamos a Maluk, alli hay buenas olas. Dani quiere aprender a surfear. Llegamos y un muchacho local, Ipu, se enamora de las chicas y se queda con nosotros. El pueblo no es hermoso. El hotel esta lejos de la playa, se escucha musica de los turistas locales y la calle donde vamos a comer se aleja de lo que era el otro paraiso en el que estabamos antes. Pasamos unos dias, y el Girl Power nos lleva a otra playa.
Scar Reef, el nombre se lleva debido a la dificultad de las olas, la poca profundidad y la cantidad de corales. El lugar es increiblemente paradisiaco. Una playa enorme. No hay gente. Solo un lugar con un restaurant y 5 bungalows. Alli nos quedamos nosotros. Un grupo de 4 mexicanos, unos sudafricanos y unos holandeses hacen la poblacion del lugar.
La noche que llegamos hay una Beach Party. Una banda toca rock americana. Alrededor mesas. Y todos los locales de las villas. Pero las mesas son para los extranjeros y no es lindo ver que levantan a un grupo de gente para dejarnos sentar a nosotros. El escenario es super gracioso. Los locales de fiesta. Se alcolizan de manera 'saludable'. La banda toca, mientras pasan las horas los miembros de la banda se van emborrachando y van cayendo inconsientes. Al tiempo que uno cae, otro lo reemplaza. Cantantes, guitarristas, bajistas, bateristas. A las 5 horas. Uno de ellos, pregunta en ingles si alguien quiere tocar la guitarra. La gente se me acerca, me preguntan de donde soy, "Argentina!", respuesta instantanea "Maradona!!! My favourite football team in the world!". Luego me detalla cada jugador de la copa america de la cual estoy desinformado.
Los dias se pasan. Durante la mañana la marea alta, permite el baño. Por las tardes, la marea cede y se ven los corales a la intemperie. Los atardeceres, los mejores que vi en mi vida. En el horizonte se ve la terrible silueta del volcan Rinjani en Lombok. El sol cae por su izquierda lo que hace de una vista unica. Los colores del terrible atardecer se reflejan en los charcos de la extendida playa. Cada dia es unico.
Gregorio tiene la camara digital. En los 10 dias saque 9 rollos de fotos.
Por las noches, fogones se arman. Los locales que trabajan en el lugar ofrecen Whiskey McDonalds de aparente baja calidad pero alto nivel de nokeo. El Jungle Juice es la bebida secreta del lugar y la luna llena hace que la iluminacion nocturna transforme la noche en un claro.
Uno de los dias con las chicas decidimos irnos hacia una de los montes que se levantan detras de la playa. Vamos a las 4 de la tarde para que el calor no nos mate. El llegar es complicado entre terreno resbaladizo de pequeñas piedras. La vista desde la cima es increible. El lugar parece Africa, con la terrible playa y las vistas del volcan. Mas fotos. Decidimos descender. Una de ellas opina bajar por la zona de arboles para no resbalarnos. Lo hacemos. Al tiempo estamos perdidos entre arbustos que se clavan en todo el cuerpo. Pinches que se quedan en la remera. Avanzamos 5 metros cada 10 minutos. Se hace de noche. Por suerte, es luna llena y el terreno se ilumina con una leve luz de la luna. Luego de 1 hora de lucha entre matorrales, agujeros y demas. Llegamos a destino. Festejamos. Tengo todo el cuerpo lleno de raspaduras y la ropa sucia. No salgo nunca mas de la playa.
Los dias se pasan. Y paso un tiempo increible. Pero el tiempo se agota. Dificil decision, pero a Goyo no lo dejo. Me vuelvo tristemente a Bali mientras Dani y Tini siguen para el Este. Me voy a Kuta en Bali, ciudad mas cercana al aeropuero. El lugar parece punta del este. Muchos turistas con ideas distintas a las mias, muchos locales de ropa de surf y ropa cara. Terribles mercados de DVDs a 1 dolar (no compre tantos esta vez).
De manera increible me encuentro con Gregorio en la calle. Y volvemos al ruedo. Nos dirigimos al aeropuerto. Un terriblemente barato vuelo de Denpasar a Kuala Lumpur por solo 30 dolares nos salva de varios problemas. El vuelo es bueno. Pero el servicio a bordo, es una increible extension de las costumbres indonesas. Las azafatas ofrecen sopa instantanea y latas de coca informando su precio, posteriormente.
Estar en KL, es muy raro. Hace unos años llegue aca solo, maravillado por las torres y la variedad culturar del lugar. Ahora regreso y aun no lo creo. La humedad del lugar hacen que lo mejor sea quedarse en intenriores. Pero un picnic nocturno frente a las torres iluminadas hacen que el calor no importe. Al regreso al hotel un obligatorio baño afloja los poros que respiran nuevamente.
Scar Reef, el nombre se lleva debido a la dificultad de las olas, la poca profundidad y la cantidad de corales. El lugar es increiblemente paradisiaco. Una playa enorme. No hay gente. Solo un lugar con un restaurant y 5 bungalows. Alli nos quedamos nosotros. Un grupo de 4 mexicanos, unos sudafricanos y unos holandeses hacen la poblacion del lugar.
La noche que llegamos hay una Beach Party. Una banda toca rock americana. Alrededor mesas. Y todos los locales de las villas. Pero las mesas son para los extranjeros y no es lindo ver que levantan a un grupo de gente para dejarnos sentar a nosotros. El escenario es super gracioso. Los locales de fiesta. Se alcolizan de manera 'saludable'. La banda toca, mientras pasan las horas los miembros de la banda se van emborrachando y van cayendo inconsientes. Al tiempo que uno cae, otro lo reemplaza. Cantantes, guitarristas, bajistas, bateristas. A las 5 horas. Uno de ellos, pregunta en ingles si alguien quiere tocar la guitarra. La gente se me acerca, me preguntan de donde soy, "Argentina!", respuesta instantanea "Maradona!!! My favourite football team in the world!". Luego me detalla cada jugador de la copa america de la cual estoy desinformado.
Los dias se pasan. Durante la mañana la marea alta, permite el baño. Por las tardes, la marea cede y se ven los corales a la intemperie. Los atardeceres, los mejores que vi en mi vida. En el horizonte se ve la terrible silueta del volcan Rinjani en Lombok. El sol cae por su izquierda lo que hace de una vista unica. Los colores del terrible atardecer se reflejan en los charcos de la extendida playa. Cada dia es unico.
Gregorio tiene la camara digital. En los 10 dias saque 9 rollos de fotos.
Por las noches, fogones se arman. Los locales que trabajan en el lugar ofrecen Whiskey McDonalds de aparente baja calidad pero alto nivel de nokeo. El Jungle Juice es la bebida secreta del lugar y la luna llena hace que la iluminacion nocturna transforme la noche en un claro.
Uno de los dias con las chicas decidimos irnos hacia una de los montes que se levantan detras de la playa. Vamos a las 4 de la tarde para que el calor no nos mate. El llegar es complicado entre terreno resbaladizo de pequeñas piedras. La vista desde la cima es increible. El lugar parece Africa, con la terrible playa y las vistas del volcan. Mas fotos. Decidimos descender. Una de ellas opina bajar por la zona de arboles para no resbalarnos. Lo hacemos. Al tiempo estamos perdidos entre arbustos que se clavan en todo el cuerpo. Pinches que se quedan en la remera. Avanzamos 5 metros cada 10 minutos. Se hace de noche. Por suerte, es luna llena y el terreno se ilumina con una leve luz de la luna. Luego de 1 hora de lucha entre matorrales, agujeros y demas. Llegamos a destino. Festejamos. Tengo todo el cuerpo lleno de raspaduras y la ropa sucia. No salgo nunca mas de la playa.
Los dias se pasan. Y paso un tiempo increible. Pero el tiempo se agota. Dificil decision, pero a Goyo no lo dejo. Me vuelvo tristemente a Bali mientras Dani y Tini siguen para el Este. Me voy a Kuta en Bali, ciudad mas cercana al aeropuero. El lugar parece punta del este. Muchos turistas con ideas distintas a las mias, muchos locales de ropa de surf y ropa cara. Terribles mercados de DVDs a 1 dolar (no compre tantos esta vez).
De manera increible me encuentro con Gregorio en la calle. Y volvemos al ruedo. Nos dirigimos al aeropuerto. Un terriblemente barato vuelo de Denpasar a Kuala Lumpur por solo 30 dolares nos salva de varios problemas. El vuelo es bueno. Pero el servicio a bordo, es una increible extension de las costumbres indonesas. Las azafatas ofrecen sopa instantanea y latas de coca informando su precio, posteriormente.
Estar en KL, es muy raro. Hace unos años llegue aca solo, maravillado por las torres y la variedad culturar del lugar. Ahora regreso y aun no lo creo. La humedad del lugar hacen que lo mejor sea quedarse en intenriores. Pero un picnic nocturno frente a las torres iluminadas hacen que el calor no importe. Al regreso al hotel un obligatorio baño afloja los poros que respiran nuevamente.
